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miércoles, 24 de marzo de 2010

La izquierda impuso un 8 de marzo anticapitalista

( Nota publicada en al Revista Nº2 del FEL )

Las mujeres trabajadoras tenemos que luchar por un gobierno de las trabajadoras y los trabajadores

La izquierda impuso un 8 de marzo anticapitalista

Mientras el feminismo se integra a la política patronal

A 100 años de l a Conferencia de Mujeres Socialistas celebrada en Copenhague y 89 años del Congreso de Mujeres Comunistas que en 1921 fijó el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer trabajadora, la izquierda ha resuelto dejar en el olvido su programa socialista e imponer una orientación anticapitalista a esta jornada. Es decir que, mientras las feministas se integran a la política patronal, y aún reconociendo que la crisis capitalista golpea especialmente a las mujeres y que la realización de sus reivindicaciones sólo será posible por medio de una revolución socialista, con el PO, el PTS y el MAS a la cabeza, coincidieron en rechazar la lucha por un gobierno de los trabajadores.

La movilización del 8: una instancia de lucha contra el poder político

Contradictoriamente con la estrategia anti-capitalista de la convocatoria, la marcha de las luchadoras a la Plaza de Mayo ha sido una instancia de agrupamiento de las mujeres para oponerse al poder político. Las trabajadoras de ATE Sur, la comisión interna de Kraft, la FUBA, docentes universitarias, centros de estudiantes, las mujeres en lucha contra el violador de Villa Ortúzar y la izquierda, rechazamos la política de los K y de la oposición burguesa planteando “No al pago de la deuda externa” y “Que la crisis la paguen los capitalistas”. La marcha del 8 también se ha posicionado frente a la situación latinoamericana levantando la consigna de “Fuera el imperialismo d e América Latina” considerando la militarización salvaje de Haití (camuflada como “ayuda humanitaria”), las nuevas bases yanquis en Colombia, el golpe de estado en Honduras, y nos manifestamos por “Fuera Desire Petroleum de Malvinas”. En relación a la Capital exigimos “Fuera Macri y la Policía Metropolitana”. Es decir que, con sus límites, el 8 de marzo ha expresado una posición independiente de las patronales.

La “especificidad” de la lucha de las mujeres como excusa para la integración a las variantes patronales

El feminismo, junto con el PCR (izquierda sojera, patronal y clerical ) , con la excusa “del enfoque de género” y la “especificidad” de las reivindicaciones de las mujeres, convocaron una movilización que deposita todas sus esperanzas en el ‘rosqueo’ parlamentario, es decir, que se mostró claramente como un vehículo para l a integración a la política capitalista. Se trata por ejemplo de quienes integran la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto y que hoy centran su expectativa en la presentación de un proyecto en el Congreso y su conquista sólo por vías legales. En la misma participó María José Lubertino, diputada por el kirchnerismo. Es decir que el feminismo marcha con Lubertino, secuaz de Cristina Kirchner, que ya dejó en claro su feroz oposición a la legalización del aborto.

La casa del encuentro: de la lucha a la conciliación
El ala tradicionalmente combativa de las feministas, la Casa del Encuentro, este 8 de Marzo participó de ambas marchas. Con esto, lejos de ‘cumplir’, al movilizarse en ‘dos cuotas’, han optado por adaptarse a esta integración, en lugar de denunciarla ante el resto del feminismo y buscar traccionarlo a una posición de lucha. En la marcha pro-patronal, se planteó la “reforma de la ley contra la trata de personas”. Esto significa que la Casa del Encuentro ha cedido en el planteo de la derogación de la ley de trata que culpabiliza a las víctimas y beneficia a los proxenetas. En relación al caso de Romina, el planteo de dicha marcha fue denunciar a la “justicia sexista” y reclamar por la “restitución de la figura de infanticidio en el Código Penal”. Esta posición ha sido sostenida anteriormente por la Coalición Cívica y el PCR contra quienes sostenemos la libertad incondicional en las marchas de los 23 de febrero. Este proceso de confusión política que hoy atraviesa la Casa del Encuentro debe llevar a la izquierda y a las luchadoras en general, a sacar las conclusiones necesarias. Negarse a luchar por el poder en medio de esta tremenda crisis de poder (anticapitalismo), tarde o temprano conducirá a la adaptación a quienes detentan el poder. Confíamos en que la Casa del Encuentro rectifique su actitud y se vuelva a sumar a la lucha independiente.

Por un gobierno de las trabajadoras y los trabajadores

Al contrario de lo que aducen las feministas, el hecho de que la jornada de lucha del 8 haya levantado consignas políticas no impidió la lucha por nuestras reivindicaciones específicas. Por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito y la educación sexual laica denunciamos la responsabilidad del gobierno K y su complicidad con los ataques de la Iglesia. También señalamos la total connivencia del poder político, la Policía y el poder judicial con el negociado de las redes de trata. Desde el FEL y Las Piqueteras llamamos a las mujeres a luchar por acabar con la barbarie capitalista que nos golpea particularmente y se funda en nuestra propia explotación. Las “salidas” en el marco del sistema capitalista no son una alternativa. Las mujeres debemos luchar por un gobierno de los trabajadores y trabajadoras.

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