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viernes, 12 de octubre de 2012

La Izquierda y los Sindicatos ante el reclamo de Ammar

CAPITULACIÓN VERGONZOSA DEL MST, LA CTA - MICHELI, IS Y EL PTS ANTE LOS NEGOCIADOS CAPITALISTAS DE LOS PROXENETAS

La Izquierda y los Sindicatos
ante el reclamo de Ammar


En una nota de Página 12, se describe la movilización donde AMMAR reclama contra De La Sota: “¡Qué cagada...! ¡Qué cagada...! Todas sin laburo... ¡y ninguna rescatada!”, cantaban ayer centenares de mujeres en el centro de la capital cordobesa. La movilización había sido convocada por la filial local de la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (Ammar), en protesta por el cierre de locales que el gobierno de José Manuel De la Sota dispuso en las últimas semanas por las coberturas mediáticas que hablaron de “150 víctimas rescatadas de la trata”. Decían: “¡Mentira! Las ‘rescatadas’ estamos acá. Cerraron departamentos que alquilábamos nosotras, donde trabajábamos sin patrón.


No hay ningún proxeneta preso y no liberaron a una sola víctima de trata”. La titular de la Secretaría de Prevención de la Trata del gobierno cordobés respondió que “en los locales allanados, algunas personas eran víctimas de trata, otras de proxenetismo; todas estaban en situación de prostitución” (3/8, Página 12).

EL MST Y LA CTA – MICHELI A FAVOR DE LA LEGALIZACIÓN DEL NEGOCIO DE LA PROSTITUCIÓN. OLIVERO-IS Y EL PTS SE COLOCAN A LA RASTRA

El MST ha salido a fijar posición en defensa del sindicato en cuestión: “Las compañeras de AMMAR Córdoba (Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina), nucleadas en la CTA, han salido con fuerza a cuestionar esta ley. Denuncian que lo único que ocasionará esta política será una mayor clandestinización de su actividad, empujándolas a hacerlo en condiciones de mayor riesgo, persecución y criminalización policial y de las mafias”. Esto tiene su lógica, porque es cierto que la ley no acaba con la explotación sexual ni la trata ni la prostitución. Sin embargo, la posición de “Eugenia Aravena, su secretaria general (AMMAR Córdoba, es):

‘Queremos dejar en claro que repudiamos enérgicamente la trata de personas. Lo que planteamos es el reconocimiento: queremos salir de la clandestinidad, trabajar con algún tipo de derecho. El cierre total de los locales nocturnos implica que se acrecienten las mafias porque va a estar todo oculto” (Alternativa Socialista, 21/6).

Básicamente el MST está reproduciendo en sus páginas la posición de AMMAR que es legalizar la prostitución. Una cosa es denunciar la persecución a las prostitutas como individuos, reclamar el desmantelamiento del aparato que sostiene dicho negociado capitalista, la trata y la explotación sexual, etc., y otra es plantear su legalización. Esta posición lleva a un frente único con los cafi shos. Izquierda Socialista va a la cola de esta posición: Liliana Olivero, legisladora provincial por el FIT, escribió en su periódico que la ley “sólo ataca a las trabajadoras sexuales o prostitutas, criminalizándolas (ya está el artículo 45 del Código de Faltas para perseguirlas)” (El Socialista, 6/6). En la misma línea está el PTS, que señala a la ley como “repudiada por organizaciones como AMMAR” y que garantiza “la persecución a quienes están en situación de prostitución” (La Verdad Obrera, 26/7).

NO A LA LEGALIZACIÓN DE LA PROSTITUCIÓN Y LA MAFIA CAPITALISTA DE PROXENETAS. NO A LOS ATAQUES DEL ESTADO A LAS PROSTITUTAS. POR LA ORGANIZACIÓN SOCIALISTA DE LA MUJER TRABAJADORA

Desde Las Piqueteras, por el contrario, así como nos oponemos a la criminalización de las prostitutas por parte del Estado, nos oponemos firmemente a la legalización de la prostitución (como plantean AMMAR, la CTA, IS, el MST y el PTS, entre otros) dado que a lo único que esto puede conducir es al desarrollo de ese negociado capitalista y, por lo tanto, a la legalización de las propias redes de trata. Si hoy en día operan con total impunidad apañadas por el Estado, ¿quién garantizará que los “prostíbulos legales” no sean en realidad pantallas para las propias redes de trata?

De todas formas, incluso en ese caso “ideal” la legalización de la prostitución no significaría que la mujer pueda tomar control sobre su cuerpo (aunque sea para venderlo “voluntariamente” como mercancía sexual) sino que, por el contrario, sería la consagración jurídica de la enajenación del cuerpo de la prostituta por parte de un capitalista sexual que lo explotaría para enriquecerse a través de la comercialización del goce ajeno. Quien dice legalización de la prostitución en la sociedad capitalista, por lo tanto, está apoyando necesariamente la legalización de los proxenetas y la explotación de mano obra sexual ajena – lo cual, insistimos, nada tiene que ver con la liberación de las mujeres.

Por el contrario, la experiencia histórica demuestra que la liberación de las mujeres no surge del “pleno desarrollo de su carácter de trabajadora sexual” sino de su negación radical por medio de la revolución social. Como es de público conocimiento, tanto en la revolución  cubana como en la rusa o la española (para dar sólo un par de ejemplos), los prostíbulos fueron símbolos de la opresión capitalista clausurados violentamente por las propias organizaciones de mujeres y las compañeras, bajo ningún punto de vista, defendían su condición de prostitutas (o “trabajadoras sexuales”) sino que se incorporaban a los batallones de trabajadoras en lucha.

En este sentido, también somos críticas de los “prostíbulos autonomistas” como serían las cooperativas de prostitutas donde el Estado (o sea, la burocracia, la policía y los gobiernos proxenetas) “garantizarían” a las compañeras “las condiciones de trabajo” por medio de “políticas activas e inclusivas”. En este tipo de planteos, la utopía pequeñoburguesa de “ser trabajadores sin patrones” (bajo el régimen capitalista) encuentra su equivalente en los “prostíbulos sin proxenetas” donde, como toda la experiencia del movimiento de fábricas ocupadas demuestra, operaran fuertes tendencias a funcionar como una tercerizada de los prostíbulos con proxenetas, de las redes trata e incluso al desarrollo de una burocracia al interior de las propias prostitutas.

La única forma en que esta variante pudiese tal vez ser positiva (aunque altamente improbable y sujeta siempre a la propia experiencia) sería a través de la deliberación, revocabilidad y toma de decisiones por parte de la asamblea, bajo control de las organizaciones de mujeres trabajadoras y como una salida transitoria en la medida que se desarrolle una fuerte lucha política, ideológica y reivindicativa para que las compañeras salgan de la prostitución y consigan un trabajo que satisfaga sus expectativas laborales y salariales.

Lejos del mito machista y clerical de la libre elección por supuesta promiscuidad, la prostitución no “se elige porque es un buen trabajo” sino porque todas las demás opciones no existen o son peores. Cuando se termina la opresión capitalista, se termina la prostitución – incluso en su versión personal.

Es a partir de estas consideraciones que desde Las Piqueteras planteamos la organización  socialista de la mujer trabajadora para conquistar:

1. Inmediata abolición de las redes de trata, el aparato represivo y los negociados capitalistas de los prostíbulos
2. No a la persecución policial del ejercicio individual de la prostitución.
3. Defender a las prostitutas de la persecución policial no es lo mismo que defender a los proxenetas. Cierre inmediato de los prostíbulos. Cárcel a los proxenetas. Basta de persecución a las prostitutas
4. La lucha por la progresiva extinción del ejercicio personal de la prostitución a partir de la abolición violenta del Estado y la sociedad capitalista para dar paso a una reorganización social que permita la elevación del nivel económico, social y moral de las mujeres en tanto trabajadoras.

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